Es increible lo que puede escucharse en los servicios de cualquier sitio. Aún más increíble es lo que puede escucharse en los baños de un típico bareto de pachangueo y demás música para idiotas. Como no suelo frecuentar las discos, no puedo hablar de sus retretes, pero seguro que serían de lo peor... y aún peor las macrodiscos de poligoneros.
El pasado finde estaba yo con unos colegas en un garito de estos pachangones cutres, para pijales. Lo único que nos atrae de este sitio es que cierra tarde, está relativamente cerca de casa y las mindundis que hay suelen alegrarte la vista (mindundi es cachonda en "tiocalentités", el idioma oficial de tiocalentilandia).
Nos acompañaban un par de amigas de uno de mis colegas, Sergei, que están gudis (buenas, en tiocalentinés): Paula y Adriana. Yo estaba a pico y pala a por Paula y la cosa pintaba bastante bien. Adriana parecía interesada en otros menesteres que no vienen al caso, por lo menos en este post.
Tras unas cuantas copas de aguachirri mezclado con garrafón, sentí la llamada del ahorro, digo del pis. Como un caballero y tras haberme disculpado, hago mutis por el foro y voy hacia los aseos.
Una vez allí, me dispongo a hacer lo que todo varón hace en los baños de los garitos: hablar con loc compañeros de pared.
Tío Calentito- Joder, vaya pila de chochetes hay hoy (como si fuera a ese sitio todos los días!)
Meón1- Ya te digo, pero ninguna para nosotros...
TC- es que es siempre lo mismo, las tías no se nos acercan
Entran un segundo y un tercer meon.
M2- si, las mujeres son así de golfas, te calientan y luego pasan de tí
M3- pero si tú tienes novia, qué dices!
TC- qué cabrón, aquí vacilando y es el único que tiene un polvo fijo esta noche, debería darte vergüenza!!
Se abre un poco la puerta y mi amigo Sergei asoma la cabeza- Tío Calentito (obviamente, no me llama así... casi nunca!), que dice Paula que a ver si sales ya del baño, que te está esperando...
Os podéis imaginar el rapapolvo que me llevé ahí dentro. Menos mal que el meón de la novia no fue el único con polvo asegurado!
2 comentarios:
De todos es sabido que las historias pueden ser contadas de muchas maneras. Influye mucho el cristal desde el cuál se mire…
Antes de situarnos en el retrete donde comienza esta historia, muchos hechos acontecieron previa y posteriormente.
Nuestros protagonistas de la historia no están muy bien definidos y otros ni siquiera aparecen.
En este relato no aparece la figura inconfundible de la Rana Gustavo (desencadenante de la posterior huída), sentado como buen paleto de taberna vasca y haciéndose pasar por un tío interesante con las nenas... Centró sus esfuerzos de reportero dicharachero en conseguir una “entrevista” en privado con Marujita Díaz. Ésta a su vez, al ver que los demás compañeros de fatiga se morían de la pereza y por qué no decirlo, del asquito..,no opuso resistencia a la huída planeada por ellos y encabezada por el tío calentito hacia un local de la noche madrileña, dejando atrás lo que sin duda habría sido una noche de locura y desenfreno.
Como no había conseguido atrapar con sus garras a la indefensa ranita, Marujita centró ahora sus esfuerzos en un objetivo más complicado, la oveja fotógrafa. Juego de ojos va, juego de ojos viene...entre idas y venidas al retrete, pero finalmente...la oveja no se dejó esquilar.
En paralelo, el tío calentito vivía su propia historia. En realidad no salía de su asombro al darse cuenta de que, en efecto, tenía algo más que calor en su interior, ese fin de semana estaba pasando algo. Decidió aparcar por un momento su calentura habitual para dar salida a su lado más sensible a la par que escurridizo en un momento dado...pero como buen calentito de toda la vida él guardaba su As bajo la manga, o más bien...su guitarra bajo el brazo.
Porque sí, porque como cualquier buena historia que se precie, ésta también tuvo su B.S.O, pero esto viene más tarde y como acostumbran a decir los bloggers merecería sus propios tags a parte.
Sergei, aunque apenado por la ausencia de su tigre por viaje de negocios (había asistido a una feria de ganado), se encontraba en su salsa ataviado con su traje de casamentero a la antigua usanza y disfrutaba con los andanzas de sus compañeros de salida nocturna.
Como ya he contado, finalmente no se esquiló ninguna oveja, pero hubo fútbol, mucho fútbol!! Y el tío calentito conquistó a Paula poniéndole música a la historia...al más puro estilo Jose Luis Perales.
vaya! me parece a mi que el blog va a tener que cambiar de redactor...el ojo que todo lo ve tiene más recursos líricos y narrativos que esquilache!
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