Soy un inconstante en todo, por eso que no haya post desde hace mucho tiempo. Por eso y porque no me han sucedido muchas historias calentitas ultimamente, que es lo que de verdad importa. Bueno, alguna que otra hay... Por ejemplo, cuando por pura calentura nocturno-etílica envié un sms a una chica que me hizo caso una noche en Getafe, al cual me contestó (dando buena cuenta de su poder deductivo) lo siguiente: "es q solo tacuerdas d mi cuando vas borracho?no t ntiendo,pasas d mi tanto tpo y ahora esto?aclarate" Y como soy un poco cobarde, pues no le contesté.
Haciendo honor al título, voy a retomar la historia del guardarropa, que es totalmente verídica.
Tras el húmedo premio que Dora me obsequió bajo el amparo del guardarropa, apareció mi amigo el rey de francia, que debería abrir su propio blog y contar sus historias, acompañado de unos colegas suyos de curro. Por poco me ven con las manos en la masa. Eso hubiera sido genial, porque la historia habría terminado ya y no tendría que estar escribiendo esta especie de confesionario electrónico.
Dejé a Dora y subí con ellos a echar unos bailables. Iban en buena compañía, tres mozas de bastante buen ver que se movían que daba gusto. Ni me acuerdo de los nombres. Empecé a hacer el tonto con el rey de francia y a bailar, sin ninguna intención caliente (lo juro), con una de ellas, llamémosla Miriam (ya he dicho que no me acuerdo del nombre de ninguna). Bailamos y charlamos un rato y ya dieron las luces para echar a la gente del garito. Mientras todos salían, vi que Dora tomaba una copa en la barra y me acerqué.
- ¿Qué tal está preciosa, me permite acompañarla?
- Ya se de qué va usté, señortio, no crea que soy tonta, ya me di cuenta.
- Dora, de qué habla? No entiendo...
- Le vi a usted bailando con una de esas niñas tan guapas, ya sabía yo que sólo quería reirse de mi, ahora váyase.
- ¡Dora, por favor! Esa chica no significa nada, sólo bailamos un rato, no crea que... - eso, tu trata de arreglarlo, tontaco, encima que se te pone fácil salir de esta.
- ¡Déjeme, señorito, váyase! Quiero estar sola.
- Dora, yo...
- No. Ahora váyase.
Me fui, me giré mientras salía por la puerta. Dora daba otro trago mirando al infinito. Desde entonces nunca bajo a dejar mi abrigo al guardarropa.
domingo, 23 de marzo de 2008
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Mature Seduction vol. 1
Vuelvo de un verano calentito para compartir mis vivencias de completo looser con vosotros, los pocos lectores que pueda tener.
Hace un par de semanas, salí de marcha con unos compañeros de curro, de esos a los que luego echas la culpa de tu estado etílico, o que usas como chivo expiatorio cuando tu madre te pide explicaciones sobre tu embriaguez (esto lo hacía cuando vivía con la progenie, ahora tengo que dar explicaciones a mis compis de piso). Acabamos en un antro discotequero de Gran Vía, lo únco que encontramos abierto un martes a esas horas, y ya íbamos bastante tocados.
Tras un rato en la pista, con una copa en la mano, bajé a los servicios. Para llegar a ellos había que pasar frente al ropero, donde una señora de unos 55 años esperaba, aburrida, que alguien le dejara un abrigo en pleno agosto... De tez morena, bajita, algo rellenita, y con rasgos sudamericanos, no pude resistirme a otra calentura.
En mi calentura, deduje que lo mejor era poner acento hispanoamericano -Disculpe, señorita, qué hase usté aquí abaho tan soola?- lo malo es que hay tantos que, estando borracho, es muy fácil pasar de uno a otro.
- Señora, miho, soy señora.
- Hay, pues quién lo diría, tanta bellesa hunta!, puedo preguntarle su nombre?
- Jajaja, grasias por el cumplido. Dora; me llamo Dora Sifuentes. De dónde es usted?
No recuerdo exactamente la conversación, así que lo mejor será resumir los puntos importantes:
Por lo visto, yo había pasado unos meses trabajando en mejico (no recuerdo de qué país era originario) y por ello mezclaba acentos y usaba expresiones de DF.
Dora está casada y tiene por lo menos un vástago (lo deduje cuando me enseñó la foto de su NIETA).
- Dora, se que le pareserá algo indecoroso, pero... quisiera besarla-¿Qué cóño estás haciendo? Que es abuela A-BUE-LA! .
- Hay miho, que cosas tiene usted, vaya a la pista de baile, está llenita de muheres bonitas, yo estoy aquí trabahando y soy no más que una vieha
(nota, no recuerdo su acento, así que me lo invento.. tienes que leer echándole imaginación)
- No diga eso, las chicas de allá fuera son todas unas pendehas, no me comprenden. Usted disculpe, pero es algo que no puedo reprimir, me arde por dentro, nesesito besarla!- Venga! tú sigue por ese camino, que ya verás dónde acabas... Dora me da un casto piquito.
- Ya está, señortio, contento?- la señora sigue pensando que le estoy tomando el pelo, no sabe que yo, me la follaba.
- Dora, lo sierto es que no estoy contento, quisiera degustar esos labios suaves de nuevo, sentir su calor.
Dora se asoma a través del mostrador del guardarropa, mira a ambos lados, me agarra de las solapas del cuello y me da un morreo lleno de babas, pero sin lengua, estilo años 50. La mujer me mira con una sonrisa picaruela y los ojos brillantes. Yo me descubro devolviéndole otra sonrisa.
Continuará!!!
Hace un par de semanas, salí de marcha con unos compañeros de curro, de esos a los que luego echas la culpa de tu estado etílico, o que usas como chivo expiatorio cuando tu madre te pide explicaciones sobre tu embriaguez (esto lo hacía cuando vivía con la progenie, ahora tengo que dar explicaciones a mis compis de piso). Acabamos en un antro discotequero de Gran Vía, lo únco que encontramos abierto un martes a esas horas, y ya íbamos bastante tocados.
Tras un rato en la pista, con una copa en la mano, bajé a los servicios. Para llegar a ellos había que pasar frente al ropero, donde una señora de unos 55 años esperaba, aburrida, que alguien le dejara un abrigo en pleno agosto... De tez morena, bajita, algo rellenita, y con rasgos sudamericanos, no pude resistirme a otra calentura.
En mi calentura, deduje que lo mejor era poner acento hispanoamericano -Disculpe, señorita, qué hase usté aquí abaho tan soola?- lo malo es que hay tantos que, estando borracho, es muy fácil pasar de uno a otro.
- Señora, miho, soy señora.
- Hay, pues quién lo diría, tanta bellesa hunta!, puedo preguntarle su nombre?
- Jajaja, grasias por el cumplido. Dora; me llamo Dora Sifuentes. De dónde es usted?
No recuerdo exactamente la conversación, así que lo mejor será resumir los puntos importantes:
Por lo visto, yo había pasado unos meses trabajando en mejico (no recuerdo de qué país era originario) y por ello mezclaba acentos y usaba expresiones de DF.
Dora está casada y tiene por lo menos un vástago (lo deduje cuando me enseñó la foto de su NIETA).
- Dora, se que le pareserá algo indecoroso, pero... quisiera besarla-¿Qué cóño estás haciendo? Que es abuela A-BUE-LA! .
- Hay miho, que cosas tiene usted, vaya a la pista de baile, está llenita de muheres bonitas, yo estoy aquí trabahando y soy no más que una vieha
(nota, no recuerdo su acento, así que me lo invento.. tienes que leer echándole imaginación)
- No diga eso, las chicas de allá fuera son todas unas pendehas, no me comprenden. Usted disculpe, pero es algo que no puedo reprimir, me arde por dentro, nesesito besarla!- Venga! tú sigue por ese camino, que ya verás dónde acabas... Dora me da un casto piquito.
- Ya está, señortio, contento?- la señora sigue pensando que le estoy tomando el pelo, no sabe que yo, me la follaba.
- Dora, lo sierto es que no estoy contento, quisiera degustar esos labios suaves de nuevo, sentir su calor.
Dora se asoma a través del mostrador del guardarropa, mira a ambos lados, me agarra de las solapas del cuello y me da un morreo lleno de babas, pero sin lengua, estilo años 50. La mujer me mira con una sonrisa picaruela y los ojos brillantes. Yo me descubro devolviéndole otra sonrisa.
Continuará!!!
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martes, 31 de julio de 2007
Concierto un jueves cualquiera, vol. 2
Este post es una continuación...
La música comienza, abren los teloneros. Sasha no hace más que mirar la puerta. Hay gente para todo aquí. Y, sorprendentemente, un número elevado de tías buenas. Pronto localizo a otra cosita en la que centrar mi atención. Voy a empezar con las "miraditas", a ver si responde a mis estímulos copulativos.
Nada, que no parece que se esté calentando con mis miradas tipo "Magnum" (véase Zoolander)
- Sasha, vete a hablar con esa y me la presentas tío.
- Vete tu, pesado, siempre lo mismo- he de reconocer que se lo he pedido mil veces.
- Venga tío, y luego yo le hablo a otra para ti
- Joder, vale, pero yo quiero que me presentes a esa- no es tonto el tío, ha elegido a otra cosita.
Sasha cumple su palabra, se llama María, le sigo el rollo, le miento como un bellaco- sí, sí, yo también he estudiado publicidad- tampoco es tan grande la mentira... ¡me encantan los anuncios! Voy un momento al excusado y a mi vuelta, oh, sorpresa... María se ha esfumado. Joder, cómo está la cosa de difícil.
Es el turno de Sasha. Se va a hablar con la pelirroja, pero vuelve pronto y con las manos vacías. Así están las cosas, no tenemos mojo.
(nota : tras el concierto, conseguimos dos trozos de baqueta)
Acaba el concierto y salimos del garito. Fuera nos ponemos a charlar con un colombiano que resulta ser amigo del cantante. Le caemos bien, le digo que sigo el grupo desde hace cuatro años y que no podía perderme su concierto. Mentiras (de hecho, el grupo no tiene más de dos años). Empieza a salir gente y, cómo no, vamos a hablar con las chicas.
Acabamos de marcha con los del grupo. Bueno, más bien con las grupis, porque los del grupo no nos hacen demasiado caso. Pasamos por el freeway a echar unas cervecitas bien frías. El grupo se acomoda con sus más "allegados" en la esquina de las sillas, mientras los demás nos quedamos a su vera, como buenos grupies.
Sasha se acomoda con Matilde y Pilar mientras yo voy a pasear la golondrina. Vuelvo, paso por la barra y agarro una pinta. Rica rubia, mhmmmmm! Llevaba mi preciado tesoro (la baqueta) en el bolsillo trasero del pantalón, cuando noto que algo se mueve por lo bajinis. Me giro dispuesto a morder al ladrón y entonces llegó mi sorpresa. Una mindundi de tomapanimoja jugueteando con la baqueta entre sus dedos mientras sonríe mordíendose el labio y mirándome con cara perversa.
-¿¡Qué crees que estás haciendo!?
-¿Yo? Nada...-y sigue jugueteando con la baqueta. Empiezo a pensar que...¡que está ligando conmigo!- Has cogido esto en el concierto del Nasti, ¿me la das?
- Ya me gustaría, pero tuve que vender mi cuerpo al grupo para conseguirla- la chica se ríe; el chiste no es tan bueno, creo que está siendo amable...para lo que le interesa, ¡síííí nena!
Comienza el rifi-rafe, un tira y afloja, el juego de seducción, vamos (sí, chicos, se me subió el pavo. No todas las noches intentan ligarte)
Es el momento del ataque, estrategia del Kurdo
- Tengo que advertirte..
- ¿Qué pasa?
- Corres un grave riesgo, dentro de cinco segundos voy a besarte y en diez a enamorarme de ti -no dice nada, me mira, sonríe y voy acercando poco a poco mis labios a los suyos. Un suave roce, un pequeño beso. A muerte.
Alguien interrumpe nuestro intercambio salivar- ¡Qué cojones pasa, Sasha!
- Nada tío, tu tranqui. Que me voy con estas a otro lado- ¡Joder, Walter! ¡Sasha ya va de la cintura de una grupie! La noche está saliendo redonda
- Genial, adios.- no me va a echar de menos, yo tampoco.
Ahora pensaréis "vaya, la noche fue un rotundo éxito para El Tío Calentito y sus amigos". No es cierto del todo.
Tras varios morreos, la chica me dijo que tenía que irse, que la esperaban, nosequé de madrugar, nosequé de clases.
Me dejó plantado con mi calentura. De camino a casa me topé con Sasha. ¡Qué casualidad! le había pasado tres cuartos de lo mismo.
Qué dura es la vida del caliente...
La música comienza, abren los teloneros. Sasha no hace más que mirar la puerta. Hay gente para todo aquí. Y, sorprendentemente, un número elevado de tías buenas. Pronto localizo a otra cosita en la que centrar mi atención. Voy a empezar con las "miraditas", a ver si responde a mis estímulos copulativos.
Nada, que no parece que se esté calentando con mis miradas tipo "Magnum" (véase Zoolander)
- Sasha, vete a hablar con esa y me la presentas tío.
- Vete tu, pesado, siempre lo mismo- he de reconocer que se lo he pedido mil veces.
- Venga tío, y luego yo le hablo a otra para ti
- Joder, vale, pero yo quiero que me presentes a esa- no es tonto el tío, ha elegido a otra cosita.
Sasha cumple su palabra, se llama María, le sigo el rollo, le miento como un bellaco- sí, sí, yo también he estudiado publicidad- tampoco es tan grande la mentira... ¡me encantan los anuncios! Voy un momento al excusado y a mi vuelta, oh, sorpresa... María se ha esfumado. Joder, cómo está la cosa de difícil.
Es el turno de Sasha. Se va a hablar con la pelirroja, pero vuelve pronto y con las manos vacías. Así están las cosas, no tenemos mojo.
(nota : tras el concierto, conseguimos dos trozos de baqueta)
Acaba el concierto y salimos del garito. Fuera nos ponemos a charlar con un colombiano que resulta ser amigo del cantante. Le caemos bien, le digo que sigo el grupo desde hace cuatro años y que no podía perderme su concierto. Mentiras (de hecho, el grupo no tiene más de dos años). Empieza a salir gente y, cómo no, vamos a hablar con las chicas.
Acabamos de marcha con los del grupo. Bueno, más bien con las grupis, porque los del grupo no nos hacen demasiado caso. Pasamos por el freeway a echar unas cervecitas bien frías. El grupo se acomoda con sus más "allegados" en la esquina de las sillas, mientras los demás nos quedamos a su vera, como buenos grupies.
Sasha se acomoda con Matilde y Pilar mientras yo voy a pasear la golondrina. Vuelvo, paso por la barra y agarro una pinta. Rica rubia, mhmmmmm! Llevaba mi preciado tesoro (la baqueta) en el bolsillo trasero del pantalón, cuando noto que algo se mueve por lo bajinis. Me giro dispuesto a morder al ladrón y entonces llegó mi sorpresa. Una mindundi de tomapanimoja jugueteando con la baqueta entre sus dedos mientras sonríe mordíendose el labio y mirándome con cara perversa.
-¿¡Qué crees que estás haciendo!?
-¿Yo? Nada...-y sigue jugueteando con la baqueta. Empiezo a pensar que...¡que está ligando conmigo!- Has cogido esto en el concierto del Nasti, ¿me la das?
- Ya me gustaría, pero tuve que vender mi cuerpo al grupo para conseguirla- la chica se ríe; el chiste no es tan bueno, creo que está siendo amable...para lo que le interesa, ¡síííí nena!
Comienza el rifi-rafe, un tira y afloja, el juego de seducción, vamos (sí, chicos, se me subió el pavo. No todas las noches intentan ligarte)
Es el momento del ataque, estrategia del Kurdo
- Tengo que advertirte..
- ¿Qué pasa?
- Corres un grave riesgo, dentro de cinco segundos voy a besarte y en diez a enamorarme de ti -no dice nada, me mira, sonríe y voy acercando poco a poco mis labios a los suyos. Un suave roce, un pequeño beso. A muerte.
Alguien interrumpe nuestro intercambio salivar- ¡Qué cojones pasa, Sasha!
- Nada tío, tu tranqui. Que me voy con estas a otro lado- ¡Joder, Walter! ¡Sasha ya va de la cintura de una grupie! La noche está saliendo redonda
- Genial, adios.- no me va a echar de menos, yo tampoco.
Ahora pensaréis "vaya, la noche fue un rotundo éxito para El Tío Calentito y sus amigos". No es cierto del todo.
Tras varios morreos, la chica me dijo que tenía que irse, que la esperaban, nosequé de madrugar, nosequé de clases.
Me dejó plantado con mi calentura. De camino a casa me topé con Sasha. ¡Qué casualidad! le había pasado tres cuartos de lo mismo.
Qué dura es la vida del caliente...
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jueves, 12 de julio de 2007
Videos Calentitos, vol. 3
Vaaaaaaaaaaamos! no me olvidado de esta apreciada sección que tanto me gusta.
Hoy presento un video caliente caliente. The Bloodhoundgang y su bailable Unh Tiss Unh Tiss, de su último disco Hefty Fine nosequé.
A parte de ser calentito, tiene alguna gracieta.
ole.
Hoy presento un video caliente caliente. The Bloodhoundgang y su bailable Unh Tiss Unh Tiss, de su último disco Hefty Fine nosequé.
A parte de ser calentito, tiene alguna gracieta.
ole.
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martes, 10 de julio de 2007
El Tío Calentito: Misión Salamanca vol.2
Creo que va siendo hora de contaros cómo continuó nuestra aventurilla cósmica por la ciudad que baña el mítico Tormes. Ya os conté todo sobre el viernes, así que damos paso al...
Sábado
Voy a omitir lo que no tiene interés calentito, así que pasamos de la mañana de resaca que vivimos.
Hacia las dos y media subimos al centro de la ciudad a buscar un sitio donde comer y, de paso, ver un poco el ambientillo. Comimos en un garito que no andaba mal de precio. Yo lo elegí y luché por él, porque no veas cómo estaba la camarera!! unos ojazos... Me enamoré... otra vez.
Tras un suculento plato combinado, nos preparamos para hacer un poco de turismo, que estar en salamanca y no visitar nada tiene pecado incluso para unos tolais como nosotros. Una catedral gótica, una iglesia y al final a buscar la ranita de Bender en la portada de la Universidad. Fui el primero en verla -eso me traerá suerte- pensé, y comuniqué las coordenadas de mi hayazgo a mis compañeros de fatigas.
Tras concluir la jornada cultural artística, nos decantamos por paladear la cultura alcohólica. Una serie de cañas en la plaza viendo pasar las mindundis amenizó nuestro reposo.
Las horas iban pasando, cambiamos las cervezas por cubatas y, por fin, nos movimos de la plaza para buscar otro lugar donde llenar el buche.
No cenamos demasiado agusto, pero con una buena regada de vino (vino no, vinate) con casera y otro cubatilla de postre, la cosa se mejora.
Tengo que estrujar bastante el cerebro para recordar qué pasó a continuación. Entre las lagunas, mi mala memoria, y el tiempo que hace que pasó, pues me cuesta reconstruir los hechos que acontecieron el día de autos.
Cubata va, cubata viene, la noche comenzó a transcurrir felizmente para todos los asistentes. En un bar trabamos amistad con las camareras (un buen par de mozas) y les caímos en gracia, por lo que nos invitaron a una ronda de chupitos. No hubo demasiado éxito con ellas; tampoco lo tuvo Sergei arrinconando a otro par de chicas en una pared.
Así que salimos a buscar nuevos lugares que conquistar, barreras que saltar, mitos que tirar. Gabriel, al girar una esquina, se topó de bruces con dos nativas: la excusa perfecta para intentar comunicarse.
Como soy un poquito caliente, comencé a revolotear cuan buitre enderredor de la rica carnaza.
- Gabriel, ¿cuantas veces tengo que decirte que no recojas las cosas que te encuentras por el suelo?-trato de parecer original y divertido, una táctica arriesgada
- Y este, ¿de dónde ha salido?- pregunta una de ellas
- Viene así de fábrica, no se lo tengáis en cuenta. En el fondo... muy en el fondo, es buena gente- que cabrón, está usando el viejo truco de "mis-amigos-son-unos-impresentables pero-yo-soy-un-tío-enrollado", ¡eso lo inventé yo!
Parece que Gabriel se ha ganado su confianza, nos las llevamos - mejor dicho, nos llevan- de marcha.
Tengo que indicaros que fue muy valiente por parte de las chicas el aventurarse con una tropa grande de tíos; en circunstancias normales, dos chicas no se llevan de marcha a un grupo de más de cinco zagales (ahora sólo quedábamos siete, hubo varias bajas a lo largo de la noche).
Gabriel iba trabajándose a Irene, tratando de adoptar el papel de macho alfa, para captar la atención de las dos únicas hembras que había en la manada.
Ejerciendo como buen caliente, comencé a hablar con la otra chica, que resultó tener temas de conversación interesantes a la par que entretenidos. Para entrar a un casino, hay que ir de etiqueta. Para echar fichas, lo primero es caer bien.
La cosa no parecía ir demasiado mal, la chica se reía y todo. Poco a poco, descubrí (bueno, lo admito... me contó) detalles de su vida. Estudiante, 23 años, novio (primer obstáculo. Bueno, eso no es problema mío) con el que había quedado después (ok, ahora puede que sea un ... inconveniente a la calentura)
Al rato de convensar con la chica A, la situación dio un giro inesperado. La chica B, que hasta ahora había estado bastante entretenida con Gabriel, dejó drásticamente de hablar con el y vino con chica B y conmigo. Empezamos a hablar, mientras, disimuladamente, A se iba por la tangente a hablar con Sergei (echa fichas campeón, ya verás qué idiota te sientes cuando te enteres que está ocupada)
Algo le había dicho Gabriel que le sentó como el culo. Le empecé a contar tonterías, no podía parar de hablar. Mis avizados ojos comenzaron a darse cuenta de las señales involuntarias (o totalmente voluntarias, que las mujeres son muy listas) que emitía esta ninfa del erotismo. Mientras tanto, Sasha me hacía señas "a qué esperas!!", pero he de ser sincero: El Tío Calentito estaba nervioso. No me atrevía a realizar el cabezazo de la muerte.
Decidimos cambiar de bar. La tropa Gooffy salió primero, luego la chica A después. B se dirigió a la puerta, así que la tomé del brazo, se giró, apreté los huevos y le lancé el morro.
No hubo torta, ni empujón.
CALENTONAAAAAAAAAAAAAAZO!!! Fred Astaire bailaba como un loco en mi estómago. Clac clac clac... Gene Kelly lo seguía, bajo la lluvia que encharcaba mi mente calenturienta, mientras miles de palomitas explotaban en mis entrañas.
Ahí estaba yo, derribando los muros enemigos, entrando poco a poco en el baluarte infranqueable, mientras A y mis amigos esperaban fuera. Claro que hubo cachondeo cuando salimos (yo haría lo mismo), así que nos despegamos un rato mientras decidíamos hacia qué bar ir.
De camino, nos "perdimos" y buscamos un lugar oscuro donde entregarnos a los bajos placeres (que para mi son los más altos) de la carne. La cosa no fue demasiado bien, porque para un sitio que encontramos al rato vinieron unos guiris y se acomodaron para ver el espectáculo (vamos, se escondieron, pero como iban borrachos, como que se notaba).
Así que como debía ser la única chica de toda la ciudad que vivía con sus padres, tuve que volverme con las palomitas bien calientes a punto de reventar la bragueta.
La vida es dura para un caliente...
pd: vista la longitud del post.. ves por qué se necesitan al menos dos entregas?? no lo he dividido en 3 por no partir la "accion", pero me lo he pensado bastante, que lo sepassss.
Sábado
Voy a omitir lo que no tiene interés calentito, así que pasamos de la mañana de resaca que vivimos.
Hacia las dos y media subimos al centro de la ciudad a buscar un sitio donde comer y, de paso, ver un poco el ambientillo. Comimos en un garito que no andaba mal de precio. Yo lo elegí y luché por él, porque no veas cómo estaba la camarera!! unos ojazos... Me enamoré... otra vez.
Tras un suculento plato combinado, nos preparamos para hacer un poco de turismo, que estar en salamanca y no visitar nada tiene pecado incluso para unos tolais como nosotros. Una catedral gótica, una iglesia y al final a buscar la ranita de Bender en la portada de la Universidad. Fui el primero en verla -eso me traerá suerte- pensé, y comuniqué las coordenadas de mi hayazgo a mis compañeros de fatigas.
Tras concluir la jornada cultural artística, nos decantamos por paladear la cultura alcohólica. Una serie de cañas en la plaza viendo pasar las mindundis amenizó nuestro reposo.
Las horas iban pasando, cambiamos las cervezas por cubatas y, por fin, nos movimos de la plaza para buscar otro lugar donde llenar el buche.
No cenamos demasiado agusto, pero con una buena regada de vino (vino no, vinate) con casera y otro cubatilla de postre, la cosa se mejora.
Tengo que estrujar bastante el cerebro para recordar qué pasó a continuación. Entre las lagunas, mi mala memoria, y el tiempo que hace que pasó, pues me cuesta reconstruir los hechos que acontecieron el día de autos.
Cubata va, cubata viene, la noche comenzó a transcurrir felizmente para todos los asistentes. En un bar trabamos amistad con las camareras (un buen par de mozas) y les caímos en gracia, por lo que nos invitaron a una ronda de chupitos. No hubo demasiado éxito con ellas; tampoco lo tuvo Sergei arrinconando a otro par de chicas en una pared.
Así que salimos a buscar nuevos lugares que conquistar, barreras que saltar, mitos que tirar. Gabriel, al girar una esquina, se topó de bruces con dos nativas: la excusa perfecta para intentar comunicarse.
Como soy un poquito caliente, comencé a revolotear cuan buitre enderredor de la rica carnaza.
- Gabriel, ¿cuantas veces tengo que decirte que no recojas las cosas que te encuentras por el suelo?-trato de parecer original y divertido, una táctica arriesgada
- Y este, ¿de dónde ha salido?- pregunta una de ellas
- Viene así de fábrica, no se lo tengáis en cuenta. En el fondo... muy en el fondo, es buena gente- que cabrón, está usando el viejo truco de "mis-amigos-son-unos-impresentables pero-yo-soy-un-tío-enrollado", ¡eso lo inventé yo!
Parece que Gabriel se ha ganado su confianza, nos las llevamos - mejor dicho, nos llevan- de marcha.
Tengo que indicaros que fue muy valiente por parte de las chicas el aventurarse con una tropa grande de tíos; en circunstancias normales, dos chicas no se llevan de marcha a un grupo de más de cinco zagales (ahora sólo quedábamos siete, hubo varias bajas a lo largo de la noche).
Gabriel iba trabajándose a Irene, tratando de adoptar el papel de macho alfa, para captar la atención de las dos únicas hembras que había en la manada.
Ejerciendo como buen caliente, comencé a hablar con la otra chica, que resultó tener temas de conversación interesantes a la par que entretenidos. Para entrar a un casino, hay que ir de etiqueta. Para echar fichas, lo primero es caer bien.
La cosa no parecía ir demasiado mal, la chica se reía y todo. Poco a poco, descubrí (bueno, lo admito... me contó) detalles de su vida. Estudiante, 23 años, novio (primer obstáculo. Bueno, eso no es problema mío) con el que había quedado después (ok, ahora puede que sea un ... inconveniente a la calentura)
Al rato de convensar con la chica A, la situación dio un giro inesperado. La chica B, que hasta ahora había estado bastante entretenida con Gabriel, dejó drásticamente de hablar con el y vino con chica B y conmigo. Empezamos a hablar, mientras, disimuladamente, A se iba por la tangente a hablar con Sergei (echa fichas campeón, ya verás qué idiota te sientes cuando te enteres que está ocupada)
Algo le había dicho Gabriel que le sentó como el culo. Le empecé a contar tonterías, no podía parar de hablar. Mis avizados ojos comenzaron a darse cuenta de las señales involuntarias (o totalmente voluntarias, que las mujeres son muy listas) que emitía esta ninfa del erotismo. Mientras tanto, Sasha me hacía señas "a qué esperas!!", pero he de ser sincero: El Tío Calentito estaba nervioso. No me atrevía a realizar el cabezazo de la muerte.
Decidimos cambiar de bar. La tropa Gooffy salió primero, luego la chica A después. B se dirigió a la puerta, así que la tomé del brazo, se giró, apreté los huevos y le lancé el morro.
No hubo torta, ni empujón.
CALENTONAAAAAAAAAAAAAAZO!!! Fred Astaire bailaba como un loco en mi estómago. Clac clac clac... Gene Kelly lo seguía, bajo la lluvia que encharcaba mi mente calenturienta, mientras miles de palomitas explotaban en mis entrañas.
Ahí estaba yo, derribando los muros enemigos, entrando poco a poco en el baluarte infranqueable, mientras A y mis amigos esperaban fuera. Claro que hubo cachondeo cuando salimos (yo haría lo mismo), así que nos despegamos un rato mientras decidíamos hacia qué bar ir.
De camino, nos "perdimos" y buscamos un lugar oscuro donde entregarnos a los bajos placeres (que para mi son los más altos) de la carne. La cosa no fue demasiado bien, porque para un sitio que encontramos al rato vinieron unos guiris y se acomodaron para ver el espectáculo (vamos, se escondieron, pero como iban borrachos, como que se notaba).
Así que como debía ser la única chica de toda la ciudad que vivía con sus padres, tuve que volverme con las palomitas bien calientes a punto de reventar la bragueta.
La vida es dura para un caliente...
pd: vista la longitud del post.. ves por qué se necesitan al menos dos entregas?? no lo he dividido en 3 por no partir la "accion", pero me lo he pensado bastante, que lo sepassss.
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martes, 26 de junio de 2007
Concierto un Jueves cualquiera. Vol 1
cierto es que llevo tiempo sin postear, y más cierto que os he dejado a medias a algunos de vosotros. Bueno, he decidido retomar mi labor didáctica sobre la calentura.
Podréis conocer más detalles de mi vida, sí.
Jueves de Concierto
El otro día me fui con Sasha a un conciertillo que daban en una famosa sala de madrid. En principio Sasha no quería venir, pero como no había mejor plan, me acompañó.
- Huy, yo tampoco me acuerdo del tuyo- qué graciosa coincidencia
- Bueno, pues pongamos fin a esta situación, soy Sasha, ¡encantado!
- Claudia- aquí van los dos besos de rigor-, un placer, jajaja- este Sasha, resulta que a la chica le ha hecho gracia la situación
El muy caliente me deja de lado sin siquiera presentarme a la mindundi, raja que raja, yo pongo la oreja. La chica tiene una tienda, se vino a Madrid hace cuatro años y ha quedado en el garito con unas amigas para ver el concierto. ¡Estupendo! Amigas, síiiiii nena! Me va a tocar entretenerlas, ¡genial!
Abren las puertas del garito, Sasha y el anteriormente conocido como protagonista de este blog, yo, nos avalanzamos hacia el interior.
- ¡Joder, tío, vaya jaca! ¿en serio que era de tu clase de la uni y no te acordabas de ella?
- sí pero no. Era de mi clase y encima era una de las que me ponían bruto. Menuda cagada olvidarme del nombre!
- Bueno, no pasa nada, ahora le echas todas las fichas mientras yo distraigo a las amigas, ¿no?
- Sí claro, jejeje. Me estoy poniendo nervioso, ¡como un colegial!
- Por cierto, ¿dónde están?
- No sé, dijo que venían al concierto...
- ¿Le has pedido el móvil? ¿Le has dicho que entrábamos?
- Esto.... no y ... no, tampoco.
- Joder Walter... ¡un plan cojonudo!²
- ¡Mierda, me he puesto nerviosísimo, no se me ha ocurrido! Tampoco es tan grave, en cuanto entre nos verá y si no viene, vamos nosotros, ¿no?
- Tienes razón, tampoco hay que parecer desesperado. No está mal, no.
Las chicas jamás entraron, así que nos distrajimos con las que ya estaban dentro, que no eran pocas y había unas cuantas con puntuación por encima del 7.
Próximo episodio, un día de estos, porque me falta contaros el ligoteo tras el concierto y la noche de marcha con los miembros del grupo.
¡Hasta la próxima, calientes!
¹Cosita: dícese de las féminas de estatura entre 155 y 170 cm, con cara de niña buena que no entiende de fútbol.
²Cita de la célebre, mítica e inigualable película El Gran Lewoski.
Podréis conocer más detalles de mi vida, sí.
Jueves de Concierto
El otro día me fui con Sasha a un conciertillo que daban en una famosa sala de madrid. En principio Sasha no quería venir, pero como no había mejor plan, me acompañó.
Esperando a que abrieran el local para pillar entradas, apareció una chiquita de ojos verdes, metro sesenta y pico, morena y cachonda. Solté un codazo a Sasha -mira tío, cosíiiiita¹-. Sasha no respondía, comenzó a cambiarle el color de la cara. Intentó decirme algo, pero le interrumpió la chica de los ojos verdes.
- Disculpa, tú... estudiaste Física Termonuclear en Granada, ¿no?
- Erm, sí, sí, tu también ¿verdad? es que te he visto y me preguntaba ..."¿de qué me suena esa chica?"
- Sí, jajaja, yo tampoco estaba segura, íbamos a la misma clase- qué grande Sasha, de tu clase y tú ni te acuerdas de su nombre? con lo buena que está!
- Pues voy a quedar fatal, pero... no recuerdo tu nombre- ¿y encima se lo dices? ¿eres tonto?- Disculpa, tú... estudiaste Física Termonuclear en Granada, ¿no?
- Erm, sí, sí, tu también ¿verdad? es que te he visto y me preguntaba ..."¿de qué me suena esa chica?"
- Sí, jajaja, yo tampoco estaba segura, íbamos a la misma clase- qué grande Sasha, de tu clase y tú ni te acuerdas de su nombre? con lo buena que está!
- Huy, yo tampoco me acuerdo del tuyo- qué graciosa coincidencia
- Bueno, pues pongamos fin a esta situación, soy Sasha, ¡encantado!
- Claudia- aquí van los dos besos de rigor-, un placer, jajaja- este Sasha, resulta que a la chica le ha hecho gracia la situación
El muy caliente me deja de lado sin siquiera presentarme a la mindundi, raja que raja, yo pongo la oreja. La chica tiene una tienda, se vino a Madrid hace cuatro años y ha quedado en el garito con unas amigas para ver el concierto. ¡Estupendo! Amigas, síiiiii nena! Me va a tocar entretenerlas, ¡genial!
Abren las puertas del garito, Sasha y el anteriormente conocido como protagonista de este blog, yo, nos avalanzamos hacia el interior.
- ¡Joder, tío, vaya jaca! ¿en serio que era de tu clase de la uni y no te acordabas de ella?
- sí pero no. Era de mi clase y encima era una de las que me ponían bruto. Menuda cagada olvidarme del nombre!
- Bueno, no pasa nada, ahora le echas todas las fichas mientras yo distraigo a las amigas, ¿no?
- Sí claro, jejeje. Me estoy poniendo nervioso, ¡como un colegial!
- Por cierto, ¿dónde están?
- No sé, dijo que venían al concierto...
- ¿Le has pedido el móvil? ¿Le has dicho que entrábamos?
- Esto.... no y ... no, tampoco.
- Joder Walter... ¡un plan cojonudo!²
- ¡Mierda, me he puesto nerviosísimo, no se me ha ocurrido! Tampoco es tan grave, en cuanto entre nos verá y si no viene, vamos nosotros, ¿no?
- Tienes razón, tampoco hay que parecer desesperado. No está mal, no.
Las chicas jamás entraron, así que nos distrajimos con las que ya estaban dentro, que no eran pocas y había unas cuantas con puntuación por encima del 7.
Próximo episodio, un día de estos, porque me falta contaros el ligoteo tras el concierto y la noche de marcha con los miembros del grupo.
¡Hasta la próxima, calientes!
¹Cosita: dícese de las féminas de estatura entre 155 y 170 cm, con cara de niña buena que no entiende de fútbol.
²Cita de la célebre, mítica e inigualable película El Gran Lewoski.
lunes, 23 de abril de 2007
El Tío Calentito, Misión Salamanca. vol1
Puedo prometer y prometo, amigo lector, que en el tiempo que llevo en este mundo moza tan fermosa non vi en la frontera como las vaqueras de Salamanca.
Menudo fin de semana hemos pasado en esa bella ciudad. ¿Qué mejor para una despedida que una ciudad llenita a rebosar de estudiantes-hembra en edad de merecer?
--------------------------------------------------------------------------
Viernes
Recién llegados a esta ciudad castellana nos pusimos manos a la obra. Cerveza en una mano, petilla en la otra, empezamos a preparar una suculenta barbacoa. Voy saltando unas cuantas horas, porque son borrosas y de esacaso interés.
Tras cenarnos toda la barbacoa, echamos unos cuantos litros de sangría semi-casera (sangría don simón más licores blancos más frutas, todo con unas cuantas horitas de reposo en un hermoso cubo).
La tajada era cada vez mayor, por lo que llegó el momento de partir hacia la marcha salmantina.
Tras un breve paseo llegamos al primer bar, cuyo nombre no recuerdo. Ya llegábamos animados por el alcohol y calientes por las mindundis que pueblan la villa. Primer cubata. Tres tragos. -cómo repite este chorizo- piensa un servidor-woops, eso que sube no es sólo gas ¡Sal corriendo del bar!
Breves segundos después vuelvo al bar, con mejor cara, peor aliento y con ganas de más. Un chicle soluciona lo del aliento. Ya estoy preparado para morir en cualquier esquina.
La noche va pasando de un bar a otro -no entramos al Potemkin porque hay que pagar- y a otro; de una copa tras otra.
En medio de la Plaza Mayor nos quedamos echando unos pitis, unas risas y tratando de parar a todo grupo de chicas que pasa. Lo sorprendente es que algunas se paran! De todas ellas, cabe recordar las siguientes:
1.- las noruegas
2.- las espaguettis
3.- las nativas
Las noruegas.
Buenas mozas bajan desde esos lares helados, donde el sol jamás llega a calentar. Una rubita, una negra y otra asiática. Todo hermosura. Tan guapas como bordes y secas, que se fueron echando ostias. Las recuerdo por lo buenas que estaban.
Las espaghettis.
Sergei y Gabriel se pegaron un buen rato hablando con unas titis. Me acerco para comprobar la calidad del pescado de la red y lo que veo es una tipa un poco calva, on los dientes chunguísimos. Sergei y Gabriel enamorados, yo echándoles un rapapolvo porque querían irse con ellas... si esque estos dos oyen acento raro y se pierden!
Las nativas.
Eran tres y parecían sacadas de una serie americana: la popular, la indie y la normalita que al final el prota descubre que es la mas guapa y lista (pero ésta no llevaba gafas). Las tres estaban buenas, pero yo me enamoré diréctamente de la normalita, qué ojazos! Como piscinas. Además me recordaba a la hermana pequeña de un amiguete del barrio que estaba cañón (y ya sabéis eso del morbo del fruto porhibido...)
Los corazones brotaban de mi cabeza como pompas de jabón, la baba colgaba ya unos 30 cm desed mi barbilla. Comenzamos el laborioso trabajo de la echada de fichas. Taka-taka taka-taka, una tras otra.
- qué estás estudiando?-la verdad es que me la trae floja
- pues estoy en tercero de ...-no me acuerdo qué dijo, ni de si dijo tercero, ya te he dicho que me la sudaba
- vaya, eso es lo que quise hacer yo! pero no me cogieron, es una carrera para listos - tomaaaaaa!!
- sí, bueno pero las salidas... -salidas? dónde!?!?! es una analogía? estás tu salida?
Después de un montón de tonterías, nos llevaron a visitar el hotel más famoso de la ciudad, el cual habían derruído unas horas antes, por viejo. Claro está que yo iba del brazo con Ojazos McTetis a mi siniestra y con la indie a mi diestra.
Retomamos nuestro camino hacia un bareto que las niñas apreciaban; ahora iba yo sólo con Ojazos, pensando que era mi día de suerte. Llegamos al garito, un antro de hardcore o de este punk moderno tipo papa roach y, la verdad, no molaba demasiado (eso que esa música sí que mola).
Fue entrar y que pasaran de nosotros. Valientes zorras. Hicimos un intento de recuperar el tiempo perdido, pero al final pasaron de nosotros como de doses en la primera mano del mus.
Con los huevos rebosantes de leche caliente, hicimos mutis y fuimos a tajar. Y eso hicimos, acabamos a las siete de la mañana, después de más de diez horas de bebercio contínuo. ¡A dormir calientes!
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Continuará...
Menudo fin de semana hemos pasado en esa bella ciudad. ¿Qué mejor para una despedida que una ciudad llenita a rebosar de estudiantes-hembra en edad de merecer?
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Viernes
Recién llegados a esta ciudad castellana nos pusimos manos a la obra. Cerveza en una mano, petilla en la otra, empezamos a preparar una suculenta barbacoa. Voy saltando unas cuantas horas, porque son borrosas y de esacaso interés.
Tras cenarnos toda la barbacoa, echamos unos cuantos litros de sangría semi-casera (sangría don simón más licores blancos más frutas, todo con unas cuantas horitas de reposo en un hermoso cubo).
La tajada era cada vez mayor, por lo que llegó el momento de partir hacia la marcha salmantina.
Tras un breve paseo llegamos al primer bar, cuyo nombre no recuerdo. Ya llegábamos animados por el alcohol y calientes por las mindundis que pueblan la villa. Primer cubata. Tres tragos. -cómo repite este chorizo- piensa un servidor-woops, eso que sube no es sólo gas ¡Sal corriendo del bar!
Breves segundos después vuelvo al bar, con mejor cara, peor aliento y con ganas de más. Un chicle soluciona lo del aliento. Ya estoy preparado para morir en cualquier esquina.
La noche va pasando de un bar a otro -no entramos al Potemkin porque hay que pagar- y a otro; de una copa tras otra.
En medio de la Plaza Mayor nos quedamos echando unos pitis, unas risas y tratando de parar a todo grupo de chicas que pasa. Lo sorprendente es que algunas se paran! De todas ellas, cabe recordar las siguientes:
1.- las noruegas
2.- las espaguettis
3.- las nativas
Las noruegas.
Buenas mozas bajan desde esos lares helados, donde el sol jamás llega a calentar. Una rubita, una negra y otra asiática. Todo hermosura. Tan guapas como bordes y secas, que se fueron echando ostias. Las recuerdo por lo buenas que estaban.
Las espaghettis.
Sergei y Gabriel se pegaron un buen rato hablando con unas titis. Me acerco para comprobar la calidad del pescado de la red y lo que veo es una tipa un poco calva, on los dientes chunguísimos. Sergei y Gabriel enamorados, yo echándoles un rapapolvo porque querían irse con ellas... si esque estos dos oyen acento raro y se pierden!
Las nativas.
Eran tres y parecían sacadas de una serie americana: la popular, la indie y la normalita que al final el prota descubre que es la mas guapa y lista (pero ésta no llevaba gafas). Las tres estaban buenas, pero yo me enamoré diréctamente de la normalita, qué ojazos! Como piscinas. Además me recordaba a la hermana pequeña de un amiguete del barrio que estaba cañón (y ya sabéis eso del morbo del fruto porhibido...)
Los corazones brotaban de mi cabeza como pompas de jabón, la baba colgaba ya unos 30 cm desed mi barbilla. Comenzamos el laborioso trabajo de la echada de fichas. Taka-taka taka-taka, una tras otra.
- qué estás estudiando?-la verdad es que me la trae floja
- pues estoy en tercero de ...-no me acuerdo qué dijo, ni de si dijo tercero, ya te he dicho que me la sudaba
- vaya, eso es lo que quise hacer yo! pero no me cogieron, es una carrera para listos - tomaaaaaa!!
- sí, bueno pero las salidas... -salidas? dónde!?!?! es una analogía? estás tu salida?
Después de un montón de tonterías, nos llevaron a visitar el hotel más famoso de la ciudad, el cual habían derruído unas horas antes, por viejo. Claro está que yo iba del brazo con Ojazos McTetis a mi siniestra y con la indie a mi diestra.
Retomamos nuestro camino hacia un bareto que las niñas apreciaban; ahora iba yo sólo con Ojazos, pensando que era mi día de suerte. Llegamos al garito, un antro de hardcore o de este punk moderno tipo papa roach y, la verdad, no molaba demasiado (eso que esa música sí que mola).
Fue entrar y que pasaran de nosotros. Valientes zorras. Hicimos un intento de recuperar el tiempo perdido, pero al final pasaron de nosotros como de doses en la primera mano del mus.
Con los huevos rebosantes de leche caliente, hicimos mutis y fuimos a tajar. Y eso hicimos, acabamos a las siete de la mañana, después de más de diez horas de bebercio contínuo. ¡A dormir calientes!
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Continuará...
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