martes, 31 de julio de 2007

Concierto un jueves cualquiera, vol. 2

Este post es una continuación...

La música comienza, abren los teloneros. Sasha no hace más que mirar la puerta. Hay gente para todo aquí. Y, sorprendentemente, un número elevado de tías buenas. Pronto localizo a otra cosita en la que centrar mi atención. Voy a empezar con las "miraditas", a ver si responde a mis estímulos copulativos.

Nada, que no parece que se esté calentando con mis miradas tipo "Magnum" (véase Zoolander)
- Sasha, vete a hablar con esa y me la presentas tío.
- Vete tu, pesado, siempre lo mismo- he de reconocer que se lo he pedido mil veces.
- Venga tío, y luego yo le hablo a otra para ti
- Joder, vale, pero yo quiero que me presentes a esa- no es tonto el tío, ha elegido a otra cosita.
Sasha cumple su palabra, se llama María, le sigo el rollo, le miento como un bellaco- sí, sí, yo también he estudiado publicidad- tampoco es tan grande la mentira... ¡me encantan los anuncios! Voy un momento al excusado y a mi vuelta, oh, sorpresa... María se ha esfumado. Joder, cómo está la cosa de difícil.

Es el turno de Sasha. Se va a hablar con la pelirroja, pero vuelve pronto y con las manos vacías. Así están las cosas, no tenemos mojo.
(nota : tras el concierto, conseguimos dos trozos de baqueta)
Acaba el concierto y salimos del garito. Fuera nos ponemos a charlar con un colombiano que resulta ser amigo del cantante. Le caemos bien, le digo que sigo el grupo desde hace cuatro años y que no podía perderme su concierto. Mentiras (de hecho, el grupo no tiene más de dos años). Empieza a salir gente y, cómo no, vamos a hablar con las chicas.
Acabamos de marcha con los del grupo. Bueno, más bien con las grupis, porque los del grupo no nos hacen demasiado caso. Pasamos por el freeway a echar unas cervecitas bien frías. El grupo se acomoda con sus más "allegados" en la esquina de las sillas, mientras los demás nos quedamos a su vera, como buenos grupies.

Sasha se acomoda con Matilde y Pilar mientras yo voy a pasear la golondrina. Vuelvo, paso por la barra y agarro una pinta. Rica rubia, mhmmmmm! Llevaba mi preciado tesoro (la baqueta) en el bolsillo trasero del pantalón, cuando noto que algo se mueve por lo bajinis. Me giro dispuesto a morder al ladrón y entonces llegó mi sorpresa. Una mindundi de tomapanimoja jugueteando con la baqueta entre sus dedos mientras sonríe mordíendose el labio y mirándome con cara perversa.
-¿¡Qué crees que estás haciendo!?
-¿Yo? Nada...-y sigue jugueteando con la baqueta. Empiezo a pensar que...¡que está ligando conmigo!- Has cogido esto en el concierto del Nasti, ¿me la das?
- Ya me gustaría, pero tuve que vender mi cuerpo al grupo para conseguirla- la chica se ríe; el chiste no es tan bueno, creo que está siendo amable...para lo que le interesa, ¡síííí nena!
Comienza el rifi-rafe, un tira y afloja, el juego de seducción, vamos (sí, chicos, se me subió el pavo. No todas las noches intentan ligarte)
Es el momento del ataque, estrategia del Kurdo
- Tengo que advertirte..
- ¿Qué pasa?
- Corres un grave riesgo, dentro de cinco segundos voy a besarte y en diez a enamorarme de ti -no dice nada, me mira, sonríe y voy acercando poco a poco mis labios a los suyos. Un suave roce, un pequeño beso. A muerte.
Alguien interrumpe nuestro intercambio salivar- ¡Qué cojones pasa, Sasha!
- Nada tío, tu tranqui. Que me voy con estas a otro lado- ¡Joder, Walter! ¡Sasha ya va de la cintura de una grupie! La noche está saliendo redonda
- Genial, adios.- no me va a echar de menos, yo tampoco.

Ahora pensaréis "vaya, la noche fue un rotundo éxito para El Tío Calentito y sus amigos". No es cierto del todo.
Tras varios morreos, la chica me dijo que tenía que irse, que la esperaban, nosequé de madrugar, nosequé de clases.
Me dejó plantado con mi calentura. De camino a casa me topé con Sasha. ¡Qué casualidad! le había pasado tres cuartos de lo mismo.
Qué dura es la vida del caliente...

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