lunes, 23 de abril de 2007

El Tío Calentito, Misión Salamanca. vol1

Puedo prometer y prometo, amigo lector, que en el tiempo que llevo en este mundo moza tan fermosa non vi en la frontera como las vaqueras de Salamanca.
Menudo fin de semana hemos pasado en esa bella ciudad. ¿Qué mejor para una despedida que una ciudad llenita a rebosar de estudiantes-hembra en edad de merecer?
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Viernes
Recién llegados a esta ciudad castellana nos pusimos manos a la obra. Cerveza en una mano, petilla en la otra, empezamos a preparar una suculenta barbacoa. Voy saltando unas cuantas horas, porque son borrosas y de esacaso interés.
Tras cenarnos toda la barbacoa, echamos unos cuantos litros de sangría semi-casera (sangría don simón más licores blancos más frutas, todo con unas cuantas horitas de reposo en un hermoso cubo).
La tajada era cada vez mayor, por lo que llegó el momento de partir hacia la marcha salmantina.

Tras un breve paseo llegamos al primer bar, cuyo nombre no recuerdo. Ya llegábamos animados por el alcohol y calientes por las mindundis que pueblan la villa. Primer cubata. Tres tragos. -cómo repite este chorizo- piensa un servidor-woops, eso que sube no es sólo gas ¡Sal corriendo del bar!
Breves segundos después vuelvo al bar, con mejor cara, peor aliento y con ganas de más. Un chicle soluciona lo del aliento. Ya estoy preparado para morir en cualquier esquina.
La noche va pasando de un bar a otro -no entramos al Potemkin porque hay que pagar- y a otro; de una copa tras otra.
En medio de la Plaza Mayor nos quedamos echando unos pitis, unas risas y tratando de parar a todo grupo de chicas que pasa. Lo sorprendente es que algunas se paran! De todas ellas, cabe recordar las siguientes:
1.- las noruegas
2.- las espaguettis
3.- las nativas
Las noruegas.
Buenas mozas bajan desde esos lares helados, donde el sol jamás llega a calentar. Una rubita, una negra y otra asiática. Todo hermosura. Tan guapas como bordes y secas, que se fueron echando ostias. Las recuerdo por lo buenas que estaban.
Las espaghettis.
Sergei y Gabriel se pegaron un buen rato hablando con unas titis. Me acerco para comprobar la calidad del pescado de la red y lo que veo es una tipa un poco calva, on los dientes chunguísimos. Sergei y Gabriel enamorados, yo echándoles un rapapolvo porque querían irse con ellas... si esque estos dos oyen acento raro y se pierden!
Las nativas.
Eran tres y parecían sacadas de una serie americana: la popular, la indie y la normalita que al final el prota descubre que es la mas guapa y lista (pero ésta no llevaba gafas). Las tres estaban buenas, pero yo me enamoré diréctamente de la normalita, qué ojazos! Como piscinas. Además me recordaba a la hermana pequeña de un amiguete del barrio que estaba cañón (y ya sabéis eso del morbo del fruto porhibido...)
Los corazones brotaban de mi cabeza como pompas de jabón, la baba colgaba ya unos 30 cm desed mi barbilla. Comenzamos el laborioso trabajo de la echada de fichas. Taka-taka taka-taka, una tras otra.
- qué estás estudiando?-la verdad es que me la trae floja
- pues estoy en tercero de ...-no me acuerdo qué dijo, ni de si dijo tercero, ya te he dicho que me la sudaba
- vaya, eso es lo que quise hacer yo! pero no me cogieron, es una carrera para listos - tomaaaaaa!!
- sí, bueno pero las salidas... -salidas? dónde!?!?! es una analogía? estás tu salida?

Después de un montón de tonterías, nos llevaron a visitar el hotel más famoso de la ciudad, el cual habían derruído unas horas antes, por viejo. Claro está que yo iba del brazo con Ojazos McTetis a mi siniestra y con la indie a mi diestra.
Retomamos nuestro camino hacia un bareto que las niñas apreciaban; ahora iba yo sólo con Ojazos, pensando que era mi día de suerte. Llegamos al garito, un antro de hardcore o de este punk moderno tipo papa roach y, la verdad, no molaba demasiado (eso que esa música sí que mola).
Fue entrar y que pasaran de nosotros. Valientes zorras. Hicimos un intento de recuperar el tiempo perdido, pero al final pasaron de nosotros como de doses en la primera mano del mus.

Con los huevos rebosantes de leche caliente, hicimos mutis y fuimos a tajar. Y eso hicimos, acabamos a las siete de la mañana, después de más de diez horas de bebercio contínuo. ¡A dormir calientes!
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Continuará...

5 comentarios:

Sergi dijo...

queremos saber más! segunda parte caliente de la historia....??
sabemos que ahí está la chicha...

El tío Calentito dijo...

paciencia, mi joven paddawan, todo llega a quien sabe esperar.

Sergi dijo...

que pasa!! actualiza!!

Nashiel dijo...

yo tb me kdao intrigá...

silvia dijo...

Que historia mas buena!!!lo mejor es la catalogación de las pavas: las noruegas,las espaguettis y las nativas,jajajaj. Yo aunqe me haya introducido de estrangis en tu blog, tambien me he kedado intrigada con la historia, así que no te cortes y saka ya la segunda parte,que ya hay expectación,jeje.