Puedo prometer y prometo, amigo lector, que en el tiempo que llevo en este mundo moza tan fermosa non vi en la frontera como las vaqueras de Salamanca.
Menudo fin de semana hemos pasado en esa bella ciudad. ¿Qué mejor para una despedida que una ciudad llenita a rebosar de estudiantes-hembra en edad de merecer?
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Viernes
Recién llegados a esta ciudad castellana nos pusimos manos a la obra. Cerveza en una mano, petilla en la otra, empezamos a preparar una suculenta barbacoa. Voy saltando unas cuantas horas, porque son borrosas y de esacaso interés.
Tras cenarnos toda la barbacoa, echamos unos cuantos litros de sangría semi-casera (sangría don simón más licores blancos más frutas, todo con unas cuantas horitas de reposo en un hermoso cubo).
La tajada era cada vez mayor, por lo que llegó el momento de partir hacia la marcha salmantina.
Tras un breve paseo llegamos al primer bar, cuyo nombre no recuerdo. Ya llegábamos animados por el alcohol y calientes por las mindundis que pueblan la villa. Primer cubata. Tres tragos. -cómo repite este chorizo- piensa un servidor-woops, eso que sube no es sólo gas ¡Sal corriendo del bar!
Breves segundos después vuelvo al bar, con mejor cara, peor aliento y con ganas de más. Un chicle soluciona lo del aliento. Ya estoy preparado para morir en cualquier esquina.
La noche va pasando de un bar a otro -no entramos al Potemkin porque hay que pagar- y a otro; de una copa tras otra.
En medio de la Plaza Mayor nos quedamos echando unos pitis, unas risas y tratando de parar a todo grupo de chicas que pasa. Lo sorprendente es que algunas se paran! De todas ellas, cabe recordar las siguientes:
1.- las noruegas
2.- las espaguettis
3.- las nativas
Las noruegas.
Buenas mozas bajan desde esos lares helados, donde el sol jamás llega a calentar. Una rubita, una negra y otra asiática. Todo hermosura. Tan guapas como bordes y secas, que se fueron echando ostias. Las recuerdo por lo buenas que estaban.
Las espaghettis.
Sergei y Gabriel se pegaron un buen rato hablando con unas titis. Me acerco para comprobar la calidad del pescado de la red y lo que veo es una tipa un poco calva, on los dientes chunguísimos. Sergei y Gabriel enamorados, yo echándoles un rapapolvo porque querían irse con ellas... si esque estos dos oyen acento raro y se pierden!
Las nativas.
Eran tres y parecían sacadas de una serie americana: la popular, la indie y la normalita que al final el prota descubre que es la mas guapa y lista (pero ésta no llevaba gafas). Las tres estaban buenas, pero yo me enamoré diréctamente de la normalita, qué ojazos! Como piscinas. Además me recordaba a la hermana pequeña de un amiguete del barrio que estaba cañón (y ya sabéis eso del morbo del fruto porhibido...)
Los corazones brotaban de mi cabeza como pompas de jabón, la baba colgaba ya unos 30 cm desed mi barbilla. Comenzamos el laborioso trabajo de la echada de fichas. Taka-taka taka-taka, una tras otra.
- qué estás estudiando?-la verdad es que me la trae floja
- pues estoy en tercero de ...-no me acuerdo qué dijo, ni de si dijo tercero, ya te he dicho que me la sudaba
- vaya, eso es lo que quise hacer yo! pero no me cogieron, es una carrera para listos - tomaaaaaa!!
- sí, bueno pero las salidas... -salidas? dónde!?!?! es una analogía? estás tu salida?
Después de un montón de tonterías, nos llevaron a visitar el hotel más famoso de la ciudad, el cual habían derruído unas horas antes, por viejo. Claro está que yo iba del brazo con Ojazos McTetis a mi siniestra y con la indie a mi diestra.
Retomamos nuestro camino hacia un bareto que las niñas apreciaban; ahora iba yo sólo con Ojazos, pensando que era mi día de suerte. Llegamos al garito, un antro de hardcore o de este punk moderno tipo papa roach y, la verdad, no molaba demasiado (eso que esa música sí que mola).
Fue entrar y que pasaran de nosotros. Valientes zorras. Hicimos un intento de recuperar el tiempo perdido, pero al final pasaron de nosotros como de doses en la primera mano del mus.
Con los huevos rebosantes de leche caliente, hicimos mutis y fuimos a tajar. Y eso hicimos, acabamos a las siete de la mañana, después de más de diez horas de bebercio contínuo. ¡A dormir calientes!
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Continuará...
lunes, 23 de abril de 2007
jueves, 19 de abril de 2007
Periferias
No te he contado que este finde me liaron para ir a un cumple a Getafe. Me liaron entre el Rey de Francia y Bruno, que es de allí. Como me toca los cojones ir solo, pues le comí el tarro a Sasha, que aunque lo niegue es también un caliente, le fui con el cuento de que eso estaba lleno de Juanis (omití la parte de que estaba lleno también de clones baratos del canto del moco y algún que otro pelao).
No había mucho material para gastar fichas, así que me dediqué a engullir cubata como dios manda.
Cambiando absolutamente de tema, he ido esta tarde a la pelu, para acabar enamorado de la que me ha cortado el pelo y luego de la que me ha cobrado.
La primera, unos ojazos azules flipantes, algo bajita pero muy bien formada, además de maja, que ha aguantado mis chorradas durante la media hora que me ha estado sobando la cabeza (siiii nena, lávame el pelo!).
La segunda, de pelo rapado, guapa como pocas, demasiado alta para mi gusto, pero follable al fin y al cabo. Cuando me ha cobrado, he estado por soltarle "nunca una chica tan guapa me había cobrado tan poco antes", pero como en las peluquerías hay tijeras y otros objetos punzantes en cualquier parte y al alcance de cualquiera, he preferido morderme la lengua.
Menos mal que se acerca el finde, Sergei promete unas cañitas de despedida, que mañana me piro de viaje todo el finde.. viaje caliente, sí! lo has adivinado!!!
SALAMANCAAAAAAAAAH!
No había mucho material para gastar fichas, así que me dediqué a engullir cubata como dios manda.
Cambiando absolutamente de tema, he ido esta tarde a la pelu, para acabar enamorado de la que me ha cortado el pelo y luego de la que me ha cobrado.
La primera, unos ojazos azules flipantes, algo bajita pero muy bien formada, además de maja, que ha aguantado mis chorradas durante la media hora que me ha estado sobando la cabeza (siiii nena, lávame el pelo!).
La segunda, de pelo rapado, guapa como pocas, demasiado alta para mi gusto, pero follable al fin y al cabo. Cuando me ha cobrado, he estado por soltarle "nunca una chica tan guapa me había cobrado tan poco antes", pero como en las peluquerías hay tijeras y otros objetos punzantes en cualquier parte y al alcance de cualquiera, he preferido morderme la lengua.
Menos mal que se acerca el finde, Sergei promete unas cañitas de despedida, que mañana me piro de viaje todo el finde.. viaje caliente, sí! lo has adivinado!!!
SALAMANCAAAAAAAAAH!
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martes, 17 de abril de 2007
tiempos cómodos debían ser los que vivió el hombre de cromañón, que para ligar le bastaba el clásico "garrotazo y a la cueva". Por desgracia, esa fantástica tradición se perdió hace mucho y ahora si quieres mojar, te tienes que mojar.
Sí, señoras y señores. El dicho de que el que algo quiere algo le cuesta es cierto. Y para la inmensa mayoría de rabos, el precio suele ir desde perder el amor propio, hacer el pailán y obligar a removerse al mismísimo Don Juan en su tumba por culpa de producir vergüenza ajena, hasta los 20€ el completo en la casa de campo.
Lo de que los hombres no entendemos a las mujeres lo sabemos todos. Yo, además, creo que es un truco, un complot del sexo femenino para manejarnos a su antojo. Un día aguantan tu chapa estóicamente, haciéndote creer que les interesa, con lo que te envalentonas, y al otro, un leve saludo y a cascarla... Y lo peor es cuando al tercer día son tan majas como el primero!
En fin, no voy a irme por los cerros de úbeda. yo a lo mío.
El tío Calentito tiene el orgullo de presentaros VIDEOS CALENTITOS vol II:
ahora vas y te la cascas
Sí, señoras y señores. El dicho de que el que algo quiere algo le cuesta es cierto. Y para la inmensa mayoría de rabos, el precio suele ir desde perder el amor propio, hacer el pailán y obligar a removerse al mismísimo Don Juan en su tumba por culpa de producir vergüenza ajena, hasta los 20€ el completo en la casa de campo.
Lo de que los hombres no entendemos a las mujeres lo sabemos todos. Yo, además, creo que es un truco, un complot del sexo femenino para manejarnos a su antojo. Un día aguantan tu chapa estóicamente, haciéndote creer que les interesa, con lo que te envalentonas, y al otro, un leve saludo y a cascarla... Y lo peor es cuando al tercer día son tan majas como el primero!
En fin, no voy a irme por los cerros de úbeda. yo a lo mío.
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martes, 10 de abril de 2007
No he posteado antes porque me parece una pérdida de tiempo si no tengo nada interesante que contar. Ahora, por lo menos tengo una historietilla curiosa.
Esta semana santa me la he pasado de juerga con los del curro; hemos salido cuatro días en una semana: martes, miércoles, viernes y sábado.
Mortal.
Viernes, en algún lugar de Malasaña entre las doce y la una de la noche. Ahí estaba ella, sentada en un taburete en la barra, bebiendo sola. Su modelo de pantalón de cintura baja permitía apreciar un lujurioso tatuaje justo donde la espalda está a punto de perder su casto nombre. Mis conocimientos de chino son tan escasos como los que poseo de japonés. De humor amarillo no paso. No sé qué significan esos símbolos, por lo que prefiero centrar mi atención donde la espalda sí pierde su casto nombre.
Tras varios minutos admirando e imaginando la comodidad de aquellas posaderas, un repentino calor de huevos me lleva a la acción.
Me acerco a ella, el pulso se acelera: me he vuelto a enamorar.
- Perdona que te moleste, pero creo que esto es tuyo- le enseño un cromo de Doraemon, para testar su sentido del humor a la vez que su madurez. Cuanto más madura, peor lo tengo.
- Creo que te equivocaste, no sé qué es.
- Disculpa, como lo vi en el suelo y como te gusta la culturilla oriental, pensé que…
- ¿cómo sabes si me gusta la cultura oriental?
- Hombre, no se, es como un tercer sentido- si le gustan los simpson, cogería este chiste-, lo se- órdago: si tiene un tatuaje en japo o chinorri, tiene que gustarle esa cultura, ¿no?
- Pues no especialmente- otra moderna de postal. Seguro que no sabe si lleva escrito “guarra facilona” o “monja pedorra”. Prefiero no seguir por esa senda, que no sepa que he estado mirándole el culo como un descosido.
La conversación no va del todo mal, pero tampoco muy bien. Llego incluso a pedirle el teléfono.
- tengo novio, pero si quieres te lo doy
¿Qué es esto? ¿Qué clase de mente retorcida juega a estos juegos teniendo compromiso? O es una golfa o una sádica. Tiene más pinta de lo segundo.
Al final me doy por vencido y decido largarme del sitio con los colegas. De camino a la salida del bar me encuentro un paraguas, que guardo cuidadosamente en mi huevada.
Decidimos ir a otro garito, yo feliz de no mojarme gracias a mi recién requisado paraguas. En la cola una voz familiar:
- Eh, pedazo de cabrón, ese es mi paraguas!- grita mi intento de ligue- y aún encima quería que le diera mi teléfono
- Esto…. Sí, bueno, que… ¡me lo he encontrado! Sí, tirado a la salida del bar.
Para colmo, todos los amigos de la chica alrededor.
- erm… es tuyo? Toma, toma, que a mi no me hace falta…
Descojone por parte de mis amigos, miradas de odio por parte de la tipa y su gente… raro que no pasara a mayores!
Por desgracia no hubo final caliente, así que al llegar a casa, a pelar la banana, zurrir la sardina, y ¡a dormir relajadito!
Esta semana santa me la he pasado de juerga con los del curro; hemos salido cuatro días en una semana: martes, miércoles, viernes y sábado.
Mortal.
Viernes, en algún lugar de Malasaña entre las doce y la una de la noche. Ahí estaba ella, sentada en un taburete en la barra, bebiendo sola. Su modelo de pantalón de cintura baja permitía apreciar un lujurioso tatuaje justo donde la espalda está a punto de perder su casto nombre. Mis conocimientos de chino son tan escasos como los que poseo de japonés. De humor amarillo no paso. No sé qué significan esos símbolos, por lo que prefiero centrar mi atención donde la espalda sí pierde su casto nombre.
Tras varios minutos admirando e imaginando la comodidad de aquellas posaderas, un repentino calor de huevos me lleva a la acción.
Me acerco a ella, el pulso se acelera: me he vuelto a enamorar.
- Perdona que te moleste, pero creo que esto es tuyo- le enseño un cromo de Doraemon, para testar su sentido del humor a la vez que su madurez. Cuanto más madura, peor lo tengo.
- Creo que te equivocaste, no sé qué es.
- Disculpa, como lo vi en el suelo y como te gusta la culturilla oriental, pensé que…
- ¿cómo sabes si me gusta la cultura oriental?
- Hombre, no se, es como un tercer sentido- si le gustan los simpson, cogería este chiste-, lo se- órdago: si tiene un tatuaje en japo o chinorri, tiene que gustarle esa cultura, ¿no?
- Pues no especialmente- otra moderna de postal. Seguro que no sabe si lleva escrito “guarra facilona” o “monja pedorra”. Prefiero no seguir por esa senda, que no sepa que he estado mirándole el culo como un descosido.
La conversación no va del todo mal, pero tampoco muy bien. Llego incluso a pedirle el teléfono.
- tengo novio, pero si quieres te lo doy
¿Qué es esto? ¿Qué clase de mente retorcida juega a estos juegos teniendo compromiso? O es una golfa o una sádica. Tiene más pinta de lo segundo.
Al final me doy por vencido y decido largarme del sitio con los colegas. De camino a la salida del bar me encuentro un paraguas, que guardo cuidadosamente en mi huevada.
Decidimos ir a otro garito, yo feliz de no mojarme gracias a mi recién requisado paraguas. En la cola una voz familiar:
- Eh, pedazo de cabrón, ese es mi paraguas!- grita mi intento de ligue- y aún encima quería que le diera mi teléfono
- Esto…. Sí, bueno, que… ¡me lo he encontrado! Sí, tirado a la salida del bar.
Para colmo, todos los amigos de la chica alrededor.
- erm… es tuyo? Toma, toma, que a mi no me hace falta…
Descojone por parte de mis amigos, miradas de odio por parte de la tipa y su gente… raro que no pasara a mayores!
Por desgracia no hubo final caliente, así que al llegar a casa, a pelar la banana, zurrir la sardina, y ¡a dormir relajadito!
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